Hoy por hoy nos encontramos con diferentes medios de comunicación tanto audiovisuales como impresos, que restan, más que sumar; en algunos, el contenido programático es vago y mediocre, en otros el profesionalismo se mide en función de las ventas obtenidas y no de la calidad del mensaje o del profesional que lo conduce, y están aquellos auditivos, cuyo formato es más música que contenido.
A lo largo de mi carrera como locutora, presentadora de televisión y psicoterapeuta he procurado brindar una plataforma diferente; la radio así como la televisión y la prensa, entre otros, son medios de comunicación y sin la capacidad y libertad de comunicar, como comunicamos?
Después de experimentar, innumerables situaciones, donde se nos exige, a los profesionales de la comunicación abstenernos de actuar bajo la justicia que opera en el manejo de la verdad, decidí, hacer caso omiso a esa petición de estupidisarme y a través de diferentes medios, entre ellos este blog, elevar mi voz; siguiendo así, mis propios principios y no los intereses mal sanos de otros; porque a mi criterio, son los oyentes, lectores y espectadores, la columna vertebral de nuestros espacios y ellos merecen toda nuestra integridad y respeto al no pretender engañarlos.
Casos como este, encontraremos por doquier; ocupaciones profesionales, que te harán decidir entre las justas motivaciones o la que va en detrimento de tus valores; lugares de trabajo que siempre pondrán en el tapete la lucha entre lo que eres y lo que aparentas; decisiones de envergadura que tomar, sopesando lo que nos convienen y lo que queremos; propuestas de múltiples géneros, algunas indecorosas, otras aparentemente decentes pero fundamentadas en posturas, que van en contra posición de lo que creemos; un sinfín de situaciones que nos exigirá escoger entre el sentido de lo correcto, del deber ser y de lo justo.
Cual es tu precio?, ¿Qué motivación necesitas para apelar a la sabiduria?, ¿Le pondrás un precio también a tus valores?...Al final descubrimos que todo es cuestión de motivación y que no hay mayor motivación, que aquella que nos brinda la defensa de nuestros principios.
Para algunos, la motivación no es más que el deseo que despierta nuestras ansias de alcanzar las metas trazadas; para otros, es sencillamente la fuerza que nos impulsa a desarrollar nuestras capacidades; un buen grupo asume que es el proceso el que les motiva y el restante se deja motivar solo por los resultados; pero independientemente de cómo definamos la motivación, nunca debemos confrontarla con los valores.
Nuestra sociedad actual, se empeña en hacerlo: Motivación versus Valores; esgrimiendo que es simple utopía creer que sin éxito, sin resultados de envergadura o sin alcance de metas, pueda existir motivación; asumiendo que todo es valido en la lucha por el poder, o por el amor o por la guerra; que la integridad solo da resultados inútiles y que por tanto no debemos estar motivados a ser íntegros; que la honestidad es solo para los tontos, que los valores no motivan a nadie, porque eso implica sacrificios que nadie esta dispuesto a hacer, quizá a simple vista parezca cierto, pero al final descubrimos, que no hay mejor motivación que aquella que se sujeta a los valores, a los principios, al sentido de lo correcto, del deber ser y de lo justo, que el proceso y el camino que escogemos valen más para motivarnos, que la llegada a la meta.
Si tu motivación en la vida, es tener carro nuevo, casa o dinero; alcanzar fama y el reconocimiento de los demás; ser un artista admirado y envidiado por todos o sencillamente casarte con el más rico y acaudalado pretendiente; recuerda que en el proceso, encontraras un sinfín de medios y caminos, algunos menos honrosos que otros; y aun cuando te parezcan tentadores los atajos, solo la elección de los correctos te hará conocer la excelencia de la motivación, vale más llegar en justicia a la meta, aún si llegamos de ultimo; que llegar de primero sin merecerlo; el momento del aplauso dura poco, pero la experiencia obtenida durante la carrera y la sabiduría que resulta de ello, durara toda la vida.
El éxito no esta representado solo por lo obtenido, sino más bien por lo aprendido; lo que se obtienen sin aprendizaje, no se mantienen con el tiempo; pero aquello que obtuvimos con esfuerzo, trabajo honesto, dedicación y respeto a los valores, es lo que determinará en nosotros el real éxito, a diferencia de los demás, no nos importará cuantas veces fracasemos o caigamos en el intento, sino las veces que estaremos dispuesto a levantarnos y avanzar.
Esa es la clase de motivación que me inspira, espero que a ti también……
Mientras que Dios, en el nombre deL nuestro Señor Jesucristo me lo permita, no dejare de levantar mi voz; aunque quizá en el intento sea yo la única a escuchar el eco que mi obediencia produzca...........DTB