Seguramente les ha pasado que al mirar alguna
fotografía familiar en la que posaron alegremente, trataron de buscar las
líneas de la juventud y al intentar compararlas con la imagen que les devuelve
el espejo, no encontraron tantas como hubiesen querido.
Las horas al
parecer han aumentado su velocidad, cumpliéndose así la palabra de Dios sobre
el acortar de los días; lo que antes programabas en realizar a diario, logrando
alcanzar tu objetivo, hoy queda inconcluso al ver como se adelantan las horas de la noche.
Cada día se
hace más claro, que tal como lo describe
el apóstol Juan, en su primera carta, este es el último tiempo.
Aún son
muchas las cosas que quisiera realizar, o terminar o sencillamente empezar
antes de que mi último tiempo llegara, sin embargo ya llegó y solo puedo apelar
a la gracia divina para que pueda yo agilizar lo que aun me queda en la agenda.